HUARAC, VENUS, Estrella del amanecer
Al llegar a Huaraz y empezar a pasear por sus calles siento que es inmersión en el ayer, que hago una regresión a mi pais de hace 50 años pero con un poco más de aceleración y ruido. Sí ruido, sobre todo de taxis y mototaxis que no paran de vociferar, chillar y amedrentar con sus bocinas. bocinas de todo tipo que generan multitud de estridencias en nuestros poco acostumbrados oídos.
Me sumerjo en sus calles, me impregno de sus gentes y paseo, saco fotos, sonrío y disfruto del pasado. Bicis con la carretilla delante llenas de frutas, chanchos asados enteros (cerdos), carnicerías con la carne en la calle,..., .
Las casas están inacabadas, todas de ladrillo sin cubrir y en los tejados dejan al descubierto las varillas de hierro por si el día de mañana continúan construyendo hacia arriba.
Las sensaciones son de relativa seguridad y podemos perdernos por cualquier calle tranquilamente, eso sí, sin perder de vista nuestras cosas.
En las siguientes fotos unas pequeñas pinceladas de la ciudad. Como podéis comprender hay muchísimas más.
Es curioso en las huertas se cultivan muchas flores que luego las venden en las calles o que las usan para perfumes
Las bicis con carro adelante llenan las calles comerciales de la ciudad
La gente se mueve, trabaja intentando ganarse unos soles para poder seguir adelante.
Fernando entra en una tienda de la competencia
La tecnología se detiene, eso sí que es un avance.
En el mercado de Huaraz comprando la comida para ir unos días a la montaña
Canela en rama
Cuando tienes problemas con el ordenador lo llevas a la clínica de computadoras
Fernando, disfrutando de su paseo entre las calles cercanas al mercado
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